En agosto de 2019, la estudiante Nikki Saadat, de la Universidad de Columbia Británica, encontró una botella de plástico a las orillas del archipiélago de Haida Gwaii. Dentro de la misma, había una nota, pero lo único que se leía era la fecha del mensaje y databa de noviembre de 2003.
Después de varios meses, descubrieron que el mensaje estaba escrito en idioma indonesio. Además, señalaron que ese tipo de botella era típica de los países del sureste asiático. Ante este descubrimiento, enviaron una traducción de la carta a los periodistas de Vancouver Courier, para que la verificaran.
El autor del mensaje es Yoris Naikambo. En el comienzo, escribió: “Mamá, perdóname por no haber escuchado tus consejos a pesar de que eran los mejores para mí. Mamá, perdóname por estar avergonzado de tu trabajo a pesar de que hacías todo eso solo por mí, para que cada día hubiera comida sobre la mesa. Y nunca te has quejado de nada por aquello, pero me tienes a mí, un hijo arrogante que no sabe cómo estar agradecido”.
Hasta el momento no se´ sabe si él o su madre siguen vivos. Tampoco se conoce desde dónde fue arrojada al mar la botella, que terminó en la costa canadiense 16 años y casi 11.000 kilómetros después.
En tanto, Saadat no pierde la esperanza de descubrir algo sobre el autor del emotivo mensaje. Por ese motivo, envió diversos correos electrónicos a los medios indonesios contándoles su historia.