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El partido no resultó sencillo para el Barcelona. Pese al gol tempranero de Ousmane Dembelé (14′), el equipo blaugrana resistió la ofensiva de la Juventus y consiguió su primer triunfo en Turín (0-2), después de varias afrentas. Entre ellas, los tres goles anulados a Álvaro Morata, el nueve del conjunto de Andrea Pirlo.
Con un Barça firme en la defensa, pero poco profundo en el ataque, el argentino Lionel Messi volvió a ser el eje creativo ante la Juve. En su afán por marcar la diferencia, se encontró con una muralla construida por Leonardo Bonucci y Merih Demiral, líderes en la zaga de los italianos. Más de una vez, La Pulga chocó con ellos y perdió la pelota.
Los de Turín, sin Cristiano Ronaldo, estuvieron cerca de conseguir el empate en tres ocasiones. Las tres, sin embargo, en fuera de lugar, sin que los goles de Morata tuvieran efecto en el resultado. El español fue el hombre más peligroso del lado de los locales, pero el Barça tuvo la suerte de su lado.
Dembelé puso el 1-0 con un derechazo, que fue desviado, en el primer cuarto de hora; luego, despareció. No volvió a ser el socio de Messi ni antes ni después del segundo tiempo. Producto de ello, la Juve creció en confianza, pero el tiempo no le alcanzó. Una falta sobre Ansu Fati en la recta final del juego sentenció la derrota de los locales, con un penalti de Lionel Messi (90′).
Puro arbitro