Funcionarios del gabinete de Gobierno junto a representantes de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) de las Naciones Unidas brindaron un informe sobre las asistencias y resultados del proyecto de albergues en centros educativos donde se alojaron damnificados por las tormentas Amanda y Cristóbal.
Dicho proyecto contempla tres componentes: Infraestructura, que desarrolla diferentes estrategias -algunas de ellas en el contexto por la pandemia por COVID-19-, como obras para establecer el distanciamiento físico entre las familias, reparación de techos y puertas, creación o readecuación de duchas, construcción de sanitarios para niños, puesta de luminarias, entre otras.
El segundo componente corresponde a la asistencia humanitaria con kits de hogar y de cocina para las poblaciones en albergues y también en comunidades afectadas, a las que algunas personas volvieron tras perder sus bienes por causa de los fenómenos naturales.
Finalmente, el de protección, que está vinculado a atender la seguridad de las familias, especialmente de los niños, mujeres y adultos mayores.
Con la ejecución de este plan beneficiará a más de 100 familias que aún permanecen albergados, desde mayo, en estos recintos escolares de los departamentos de San Salvador y La Libertad; y más de 5,000 estudiantes (que volverán a clases), de acuerdo con el director de Protección Civil, William Hernández. La inversión supera los $180 mil.
“La inspección, reparación y adecuación de los albergues mejora la calidad de vida de las familias”, señaló Hernández.
Destaca que estos esfuerzos “aseguran a la población ante futuras emergencias que el Sistema Nacional de Protección Civil estará más preparado con instalaciones y recursos más adecuados, que brindarán condiciones más humanas”.
Entretanto, el jefe de misión adjunto de la OIM, Salvador Gutiérrez, expresó “estamos contentos que a través de estas alianzas podamos beneficiar a la gente que ha sido desplazada por estos desastres naturales, y que han encontrado cobijo en las instituciones”.